Si lo sentimos, el camino elegido será el acertado

Arnaldo Silva Salazar

Psicólogo Clínico, Organizacional 

y Educacional (Universidad de Chile)

Esta frase les parecerá una frase profunda y muchos y muchas estarán de acuerdo en su contenido. Pero es una frase compleja, no siempre fácil de aplicar a muchas de nuestras decisiones y acciones, ni menos a cuestiones cotidianas en nuestra vida. Veamos.

Lo primero es sentir, claro cualquier ser humano siente, es propio del SER HUMANO, pero ¿qué siente?, ¿cómo siente?, ¿Cuándo siente?, ¿qué importancia le damos a lo que sentimos? Para dar respuesta a estas preguntas es necesario partir de un concepto mayor en la esencia del Ser Humano; La Consciencia.

La primera consciencia en el ser humano es la consciencia de auto-observación, nos sentimos a nosotros mismos en un cuerpo y en un contexto o medio en el cual habitamos; recién nacidos o nacidas, pasamos largos meses contemplándonos y contemplando el medio con asombro, con sorpresa, con alegría, con arrobamiento. En la adolescencia volvemos a esta consciencia, que nos permite construirnos desde nuestro propio sentir y emocionar. Pero en etapas más adultas la consciencia de auto-observación no siempre nos acompaña, no la llevamos con nosotros a todas partes. Es importante y un gran logro de la madurez el auto-observarnos siempre, es decir preguntarnos ¿qué siento?,  ¿qué emociono, ¿qué pienso?, ¿qué conducta realizaré?, ¿quiero o no quiero esto o aquello? Las personas que se conocen más a si mismo (a) llevan siempre con ellas la consciencia de auto-observación.

Un gran logro en la evolución del homo sapiens es la consciencia de auto-observación en un medio total, en un medio holístico, es lo que denomino la consciencia supraglobal, supra de superior y global de total, de holístico.  Esta conciencia nos permite, si queremos, darnos cuenta de todo, nos permite conocer en un solo instante todo, comprender lo que está ocurriendo, lo que ocurrirá, lo que pasará, y no es magia, ni brujería, es conocimiento total. Esta consciencia al igual que la consciencia de auto-observación no siempre la atendemos, no siempre la observamos o consultamos para nuestras decisiones. La verdad es que en la mayoría de las decisiones importantes de la vida, las personas toman en consideración tan sólo la parte lógica, lo denominado racional. La lógica racional nos ordena avanzar de un razonamiento hacia el siguiente buscando la coherencia entre los dos y sin contradicciones entre ellos, intentando validar que la conclusión a la que se llega  es la correcta. La lógica racional es muy necesaria en nuestras decisiones, pero es tan sólo una parte de un todo; reflexionar de manera holística es la capacidad de conceptualizar las materias y los temas de una forma integral, fijándose en el conjunto y no solamente en una parte.

LA INTUICIÓN

La intuición proviene del latín intuitio,  «mirar hacia dentro», “observarse a sí mismo (a)”  y describe un tipo de conocimiento que es directo e inmediato, sin intervención de la deducción o razonamiento.

Según Burke y Miller (1999), la intuición es la solución de problemas que se realiza de manera inconsciente, basada en el conocimiento acumulado por la experiencia y vivencias cotidianas. La intuición es una facultad que se complementa con la actividad racional, la diferencia radica en que el proceso que da lugar a la intuición se lleva a cabo mediante una intervención del inconsciente, en el que éste selecciona la información guardada en la memoria, trayéndola a la consciencia no de una manera  estructurada en torno a una lógica formal.

¿Podemos desarrollar la Intuición?

La cultura occidental no privilegia escuchar los mensajes de la intuición; nos resulta muy difícil darle crédito a aquello que no pase por la lógica formal y que no muestre una sustentación empírica. Por eso a veces nos resulta muy difícil intuir. La falta de confianza en nuestro Si Mismo hace que anulemos nuestras intuiciones y nuestras experiencias subjetivas. Muchas veces la intuición en vez de llevarnos a una certeza nos genera confusión e incertidumbre.

La Intuición a través de la consciencia une la mente y cuerpo en un funcionamiento integrado  y en esa integración le damos apertura a nuestros sentidos. La intuición funciona con sensaciones, impresiones, emociones. La Intuición es parte integral de nuestro ser y hay un camino para  escucharla y recuperarla.

Para recuperar y valorar nuestra Intuición, se requiere de una visión global, de conexión de todo lo observado y sentido en un todo integrado con uno mismo (a), en una percepción del conjunto. La intuición percibe señales que se pierden en la totalidad de lo percibido, por ello, para desarrollar el conocimiento Intuitivo es necesario comenzar con el conocimiento del propio Sí mismo (a), un desarrollo personal en lo que soy; mi identidad, mis emociones, mis pensamientos, mis conductas.

Mientras fortalecemos nuestro Sí Mismo (a), debemos desarrollar nuestra Inteligencia Intuitiva, que es la capacidad de aprender habilidades complejas y resolver problemas de manera inconsciente.  Para Malcolm Gladwell (2013), la Inteligencia Intuitiva y la inteligencia analítica funcionan simultáneamente; cada decisión que tomamos, por racional que sea, tiene bases intuitivas. El sistema intuitivo trabaja a través de representaciones mentales para llegar a estimar las probabilidades de que ocurra un evento.

Intuición y Emoción

Según la neurociencia (Wan, Takano, et al., 2012), la intuición se basa en la recopilación y el análisis de información sensorial. Algunos científicos llaman a la intuición “inconsciente de adaptación”, es decir, los individuos que desarrollan la intuición saben detectar y adaptarse mejor a los cambios ambientales.  La emoción sería la conexión sutil entre el entorno y el individuo, de ahí el papel clave se conocer y sentir las propias emociones.

La inteligencia intuitiva nos permite afrontar las decisiones trascendentales y los problemas y las circunstancias adversas de la vida. La Inteligencia Intuitiva crea una vía de acceso a los sueños y a las necesidades profundas de cada persona, las cuales marcan el camino hacia elecciones más satisfactorias. Esta Inteligencia utiliza los instintos y las emociones que son los factores primarios inconscientes y naturales que se dan en las personas al enfrentarse y relacionarse con la realidad. Es necesario aprender a escucharlos y no reprimirlos, debemos tenerlos en cuenta y analizarlos y, a través de la Inteligencia Intuitiva junto a la Inteligencia lógica formal, reconducirlos de manera práctica para conseguir nuestros objetivos en la vida. El ser humano es primeramente un ser emocional y luego un ser racional, que piensa y se mueve según lo que siente. Con el instinto, las emociones y los sentimientos se construye un razonamiento. 

CONCLUSIÓN

Bien,  puedo decirles que mi experiencia, al igual que probablemente la de ustedes, ha sido transitar desde lo racional a lo intuitivo y viceversa, es decir emocionar, pensar y actuar desde el Logos y desde el Phatos, pero una cosa si ha sido esencial en mí; tomar las decisiones desde la pasión, entendida como la fuerza de la vehemencia, del entusiasmo, desde el ímpetu que me otorga la intuición de que estoy en el camino acertado.

La inteligencia intuitiva nos permite afrontar las decisiones trascendentales de la vida, como aquellas en el ámbito de los negocios, a las cuáles alude frecuentemente Jorge,  economista fundador de Domicilio Tributario en la serie de artículos que últimamente ha desarrollado, alguno de los cuáles me ha pedido comentar desde mi punto de vista.

Gracias Jorge.      

One thought on “Si lo sentimos, el camino elegido será el acertado

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